Se necesita de una auténtica y eficaz programación de educación afectivo-sexual desde la infancia, con una mirada hacia las emociones y sus efectos
Cada día nos enfrentamos a evoluciones o involuciones al analizar realidades que trascienden de la actualidad a nuestras vidas y a las aulas. En un mundo interconectado y global, la complejidad de los avances y de los comportamientos humanos necesitan de reflexiones periódicas, de aperturas mentales y a veces de enérgicas condenas, si los actos son execrables. Entre tantos temas, algunos preocupan mucho hoy a la opinión pública y a los sectores docentes desde un punto de vista educativo, preventivo y con miradas a futuros posibles desde presentes reales.
Además de las leyes, programas educativos y curriculares, captación de nuevo alumnado para los próximos cursos, proyectos en marcha y muchos otros que se buscan o se ofrecen, vivimos envueltos por capas que permeabilizan y juntan los habituales contenidos con otros, considerados urgentes, transversales y de rabiosa actualidad. Nos centraremos aquí en tres: uno con ramificaciones y efectos de muy graves consecuencias, otro al que casi seguro que ya hemos sucumbido y un tercero, reciente para la opinión pública (no así para ciertas empresas, Estados, ejércitos y expertos), con repercusiones presentes y futuras aún desconocidas. Uno representa una muy grave involución, el otro nos consume el tiempo y el último se podría situar en los inicios de una evolución con incógnitas y puntos positivos interesantes, y también ciertas críticas por parte de quienes hasta ahora lo califican como involución.
Los tres han entrado o deberían entrar en las aulas y exigen reflexiones educativas. Hablamos de las violencias y agresiones sexuales, de la captación continua de la atención y del mundo con la Inteligencia Artificial-IA (o de lo que nos permiten saber y se difunde) e Inteligencia Artificial Generativa (IAG). Hay alumnado que ha sufrido o sufre lo más que condenable, a veces conocido y otras ocultado por motivos diversos. Otros han experimentado con chatbots que están ahí para usarse, para aprender, descubrir y también intentar engañar. En medio, informaciones compartidas, el análisis de datos, el poder de las redes sociales y el dominio de los algoritmos en nuestras consultas. Y como paraguas envolvente, la captación constante de la atención como el gran negocio ya en marcha, con resultados que están afectando a la especie humana, según la opinión de algunos expertos y divulgadores.
Evolucionamos
En el campo publicitario hay campañas que son fuente de aprendizaje o de recuerdo de comportamientos correctos y saludables. Una propuesta significativa y territorial acerca la palabra Evolución a nuestra realidad más cercana. Por ejemplo, la actual campaña que aparece en los paneles informativos interiores de los trenes propiedad de la Generalitat de Cataluña, titulada Evolucionamos (Evolucionem, en catalán), para favorecer la convivencia en el transporte público. Podría parecer que sus mensajes son propuestas obvias y hasta innecesarias, si no fuera que el oportunismo de los mensajes responde a comportamientos mejorables en algunas personas: bajo el epígrafe de Evolucionem se van alternando mensajes sobre no fumar, sentarse en los asientos y no en el suelo o en las plataformas, no poner los pies en los asientos, respetar el derecho de todos a tener un viaje tranquilo, ceder los asientos reservados a las personas que los necesiten, etc. El civismo y la educación abundan entre casi todas las personas pero se nota mucho cuando faltan. Evoluciones de las mayorías contra involuciones minoritarias pero significativas y que se hacen notar. Quizá a estas obviedades necesarias de recordar habría que añadir pronto otras, derivadas de los tres temas que tratamos a continuación y de muchos más.
Involuciones
Las continuas noticias sobre agresiones sexuales son un claro ejemplo de una evidente involución más que condenable, con alarmantes señales de que suceden y existen en contextos diversos, en medio de una total falta de respeto a personas y violaciones de derechos humanos, con o sin leyes gubernamentales y algunas polémicas añadidas. Cataluña ocupa el primer puesto en el número de delitos de agresión sexual, con casi el doble que las dos comunidades que le siguen, Madrid y Andalucía. En el campo educativo, hay personas menores y mayores de edad que son víctimas, y otras culpables. Unas solas, otras en manadas, con intimidaciones previas o bajo los efectos del suministro de sustancias concretas a las víctimas. También hay profesorado implicado en ocasiones, además de otras personas adultas que deberían predicar con el buen ejemplo, casos mencionados a menudo y desde hace tiempo en los medios de comunicación.
Se necesita de una auténtica y eficaz programación de educación afectivo-sexual desde la infancia, con una mirada hacia las emociones y sus efectos. La familia es básica pero la escuela también, en contextos sociales donde la unión de fuerzas es imprescindible para que este trabajo tenga continuidad y se consolide.
Ciertas estructuras familiares, el predominio de la información frente a la educación en estos temas, determinados ambientes sociales, las relaciones de dominio, el consumo de determinadas sustancias (voluntario o inducido) y las penurias económicas se suman como condicionantes añadidos a las causas determinantes y principales de dichas agresiones. A ello se une que muchas familias recibieron en su momento una educación que no contemplaba estos temas y menos Internet con sus plataformas, mensajería, redes sociales y todo lo que los algoritmos son capaces de condicionar en el consumo continuo y compulsivo de pantallas, a todas las edades y durante todo el día. Son avances tecnológicos y de contenidos muy recientes y adictivos.
Por encima de todo, una de las principales causas de las agresiones sexuales es el incesante incremento en el consumo de contenidos pornográfico vía Internet, desde edades muy tempranas, muchos de acceso libre al alcance de cualquiera, con reclamos explícitos o dirigidos a determinadas webs, aunque no las busques.
En un artículo anterior de la misma autoría que este, titulado Alrededor de la ‘pornoeducación’ y el alumnado, ya se incidía en la necesidad de la educación afectivo-sexual y en la suma de factores clave: Internet, el teléfono móvil, la normativa legal vigente. La familia es básica pero la escuela también, en contextos sociales donde la unión de fuerzas es imprescindible para que este trabajo tenga continuidad y se consolide.
Según un reciente análisis periodístico de las cuatro páginas de pornografía más visitadas abundan la humillación y sumisión de la mujer, fantasías de incesto, sexo extremo, violencia explícita o simulaciones de abusos sexuales.
El negocio de la pornografía y la sexualización de la violencia es uno de los que más dinero mueven, y más en una sociedad hipersexualizada como la actual. El mimetismo induce a algunas personas a intentar reproducir aquello que se ve en la pornografía , violencia sexual, machismo llevado al máximo, subyugación de la mujer. Todo grabado y subido a las redes, para alimentar aún más el delito y las ganas de su reproducción. Con estas pruebas evidencias de que es posible. Según expertos, los adolescentes que han visto cientos de horas de porno desconectan la empatía cognitiva y pierden el control para valorar el daño que pueden llegar a provocar.
La sobreexposición en las redes sociales también puede llamar la atención de pederastas y gente que se dedica a captar en un supuesto casting con innumerable material fotográfico mostrado en apps concretas, personas que seleccionan por el número de likes, visitas, reproducciones o vídeos. Primero se les pueden ofrecer pases fotográficos, ser modelos, construir y publicar webs, esperanzas para posibles esponsorizaciones publicitarias con rentabilidad económica, el paso a influencers y, quizá, luego traspasar otras barreras.
Además de soluciones primero individuales, luego legales y policiales, cada persona ha de asumir su responsabilidad para evitar estos contextos y denunciar agresiones y violencias del tipo que sean, propias o ajenas. Como la educación juega un gran papel, el mundo adulto debía ser un ejemplo y la comunidad educativa, una fuente de formación donde aprender siempre es prevenir.
Propuestas:
La formación desde la familia, primero con el ejemplo y después con todo aquello que repercuta y forme a sus hijos e hijas. No solo existe Internet y la conectividad permanente en la vida. Los procesos de socialización son muchos y presenciales: la comunicación clara y continua, la confianza para hablar con respeto y sin tapujos, actividades deportivas, culturales, el silencio como valor.
Necesidad de que las familias hablen sobre la pornografía con sus hijos. La primera y gran dificultad es sobreponerse a un reto a menudo bastante difícil. Después, saber cómo. Un ejemplo de una propuesta. Estos días se ha presentado en Barcelona un portal web con una guía digital y gratuita sobre educación sexual. Pretende ayudar a afrontar este escollo a familias con hijos a partir de 8 años. Los plantea de forma educativa para fomentar la conversación. Los materiales están divididos en tramos de edad: de 8 a 11, de 12 a 15 y para mayores de 16 años.
La respuesta social desde todos los frentes para prevenir y evitar agresiones. Las noticias sobre hechos acaecidos producen impactos que no se pueden olvidar, con denuncias que marcan a las víctimas para toda la vida. El dolor de denunciar una violación es un hecho tan terrible que algunas mujeres lo ven como un infierno .
El trabajo preventivo con programas específicos en las aulas. En muchos países, desde la infancia hasta acabada la adolescencia, se introducen contenidos progresivos y adaptados sobre educación afectivo-sexual, perspectivas de género y salud emocional.
La implicación real y efectiva del profesorado, tal como en algunos centros ya se pone en práctica: analizando casos, detectando riesgos, avisando a familias o autoridades, formando, aplicando protocolos, acompañando a posibles víctimas.
El debate a fondo sobre el significado y la necesidad para determinadas personas de ejecutar este tipo de agresiones, algunas a cargo de menores no imputables por la ley: la pornografía en la sociedad actual, su necesidad, la figuración de los actores y actrices como si fuera realidad, el negocio y efectos en todos los públicos.
El trabajo legislativo para poner límites a la pornografía o, por lo menos, a su visionado libre al alcance de cualquiera. Las propuestas legislativas se ven entorpecidas por debates, discusiones y puntos de vista diversos, tanto en el Parlamento español como en el europeo. Todo se ralentiza y nunca se acaba.
La regulación de la pornografía en la red y su acceso: los algoritmos responden a decisiones que da alguien. Las leyes sirven para regular. Se dice que mecanismos técnicos de control hay, dictámenes legales sobre comunicación audiovisual y organismos creados también, muchas buenas intenciones y protocolos europeos. No obstante, se esperan actuaciones concretas, efectivas. Hay expertos que deducen que en los sistemas democráticos, con potentes grupos económicos de presión incluidos, estas decisiones son muy difíciles de conseguir, siendo imprescindibles vistas las incidencias de la pornografía en la población menor de edad. Hoy la infancia, aunque no la busquen, la encuentran sin dificultades.
La regulación (por ejemplo, recientemente el acceso a las redes de menores de edad entre unas horas en el Estado de Utah, EEUU) , la autorregulación de las tecnológicas, plataformas y webs concretas en este tema, la asunción de responsabilidades ante la permisividad de webs, contenidos y personas que, libremente, monetizan con su intimidad a base de vídeos íntimos o generados para la ocasión que exponen al público. Y, por supuesto, el sentido de la responsabilidad individual ante contenidos que, aunque se puedan ver, hay que valorar si merece la pena su visionado y los efectos que producen.
El control y verificación de la edad real de quien accede a webs con contenidos pornográficos. Esta verificación e identificación no parece difícil de conseguir. Hay ejemplos en otros sectores donde el cruce de datos, las huellas de todo tipo y las comprobaciones instantáneas no te dejan operar si todo no es correcto.
Cuidado con el uso de plataformas de contactos o aplicaciones de citas. Según estudios y noticias recientes sobre Tinder, en algunos casos ha habido mujeres víctimas de violaciones y otras violencias.
La consulta de guías a tener en cuenta en la formación sobre entornos tecnológicos, donde la ciberconvivencia es un aspecto transversal. En la web del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) existen muchos materiales para familias y educadores sobre Internet Segura. También en las webs de Comunidades Autónomas, personas expertas, instituciones, entidades, editoriales, medios de comunicación.
Atenciones
Captar atención es fundamental. En un artículo anterior de la misma autoría que este se adelantaba esta temática: La distracción como fenómeno social y educativo. Expertos confirman que las tecnológicas tienen en nómina a psicólogos diseñando interfaces para captar y retener. Es la rentabilidad del depender, de la vida como aburrimiento frente a la rapidez y atractivo de las pantallas: rellenan los momentos muertos con vidas de todo tipo, el estar siempre haciendo algo menos pensar en ti mismo y tus circunstancias, el flujo continuo de lo que se habla en esas consultas que te insisten en que te han de gustar, o por no entrar en los flujos generados por los videojuegos. Dormir atendiendo al móvil se traduce en menos descanso. Plataformas como Netflix, Tik Tok y el resto compiten con nuestras horas de sueño. Muchas veces triunfan en contra de nuestra necesidad vital básica.
Atención al uso de Internet.
El consejo centrado en el acompañamiento familiar e intergeneracional es muy importante en edades tempranas aunque no siempre es fácil. Abunda el exceso relacionado con la red, el rol de género en el uso, con chicas que consideran que sobreexponerse es un precio que deben pagar para estar en el mundo digital, ser reconocidas y formar parte de un grupo. Este entorno y las emociones impactan en estimulaciones cerebrales que impulsan el consumo, como una droga adictiva.
Si la educación afectivo-sexual es imprescindible, la transversalidad de la profundización en Internet, su funcionamiento y efectos, también. Serviría para establecer puentes y formar en sus efectos en nuestra salud, hábitos y en acotar la pornografía desde el conocimiento y la responsabilidad. O en plantearse el actual debate de EUU. Ya se dan a conocer noticias sobre demandas contra las redes sociales por acusarlas de perjudicar conscientemente la salud mental de los jóvenes. Se las imputa por el tema de la verificación de edad o no tenerla y por las características de cada plataforma. Los efectos se estudian desde hace tiempo, con análisis concretos que demuestran la dependencia que provocan o la difusión de las bondades de la anorexia o pensamientos suicidas. El diseño de estas redes está en manos de las tecnológicas. Sus efectos afectan a quienes las usan.
Una propuesta que siempre impacta a las criaturas en clase es cuando les preguntas qué pasaría si se pudieran ver y estudiar todas las webs o vídeos que una persona consulta durante cada día, las fotos señaladas, los mensajes enviados o materiales compartidos. Todo aquello que se comparte y las huellas que dejan nuestros dedos en las órdenes a las pantallas, los textos, emojis, etc. Al susto inicial le sigue cierta preocupación al saber que algún algoritmo lo debe estar haciendo o lo puede hacer. Todo se podrá ir acumulando en la descripción e historial individual, como si fuera nuestro registro del curriculum vitae digital diario.
Inteligencias
La IA y la IAG parece que han llegado a nuestra inteligencia natural con el ChatGPT, cuando hace tiempo las tenemos entre nosotros en nuestras máquinas y unas has sido inventadas por la otra. Este aparente nuevo buscador, redactor de contenidos, consultor de cabecera, facilitador de trabajos, plagiador, creador de músicas o de cualquier manifestación artística, abre campos nuevos en la educación. Ya arruina el negocio de los traficantes que venden trabajos universitarios, algunos dicen que tiene alucionaciones, se inventa cosas que no existen , crea productos artísticos. Y hay quien lo descubre. Uno de los grandes expertos en ciberseguridad de Telefónica, Chema Alonso, ya lo advirtió: ¡Ojo con ChatGPT, que es un mentirosillo!
hora Sam Altman, director de Open AI, creadora de ChatGPT, ha pedido al Senado de EEUU regular la IA para limitar sus riesgos. Abre campos nuevos e interesantes también en la educación: una nueva competencia sobre el uso crítico y ético de la IA, cómo aprender más con ella, qué cambios generará, o cómo será la profesión docente en el futuro, como un coach según el anuncio del profesor y experto Yong Zhao en el último Edtech Congress Barcelona.
El gran público puede ver resultados de la IA usada en música, en las voces (robándolas), en fotografías generadas que ganan premios internacionales de gran prestigio, o en otras que nos retan a saber entre 20 fotografías cuál es la real y cuál la realizada con IA, para falsear la realidad y al alcance de cualquiera, provocar graves repercusiones en las personas al hacer ver que se invade su vida íntima, cómo esta tecnología se usa para producir vídeos manipulados o deepfakes sin el consentimiento de las víctimas, recreación de cómo sonaría hoy una banda de música famosa hace años. De todo esto, de sus conexiones con la atención y también con el tema de agresiones sexuales y consumo de pornografía se ha de tratar en los centros educativos.
De momento, este chatbot ha provocado una revolución en las clases. Si aquello que se cree negativo ya se ha apuntado en muchos sitios, como pasa con cada tecnología nueva que aparece, -y más esta que se relaciona con inteligencias-, afloran aspectos positivos o propuestas de cambios en la dinámica de las aulas. ¿Un nuevo enemigo o aliado de los profesores?, se preguntaba un diario hace unos días cuando las posibilidades de la IA son muy superiores a lo conocido hasta ahora. Google o la Wikipedia ya juegan en otra división.
En estas páginas se habló del impacto de la IA en las aulas de América Latina y su posible incidencia en la reducción de la desigualdad, según un informe de la Organización de Estados Iberoamericanos para la educación, la Cienca y la Cultura (OEI) y Profuturo. Cambios metodológicos, clases reinventadas, potenciación de la oralidad, síntesis, búsqueda de falsedades o imprecisiones en las respuestas de la IA para llegar a validar la información correcta y detectar el plagio, investigación de sus fuentes, percepción de su neutralidad. Pero, sobre todo, reflexión sobre el aprendizaje tal como apunta el filósofo Daniel Innerarity, el trabajo educativo y qué necesitan los estudiantes en un entorno que tampoco el profesorado conoce, aunque deberá aproximarse cada día.
Muchos otros campos presentan oportunidades con la IA en las aulas, adaptados a la edad. Los desafíos a los centros y al profesorado son retos a los que hay que acostumbrarse en un avance imparable de la tecnología, casi sin límites.
El primer reto es generar programas de formación para saber y entender cómo funciona todo, luego pensar en las barreras o problemas en temas éticos como la privacidad, la información personal, el género, sesgos. En tareas de investigación, los chatbots pueden ser asistentes, de ayuda a estudiantes con discapacidades, la traducción, la escritura adaptativa, las primeras líneas para iniciar trabajos que cuesta comenzar, el aprendizaje de habilidades comunicativas y precisión del redactado para favorecer las mejores respuestas (y evaluar a los estudiantes por la calidad de las preguntas), o cómo detectar el plagio. La herramienta almacena las informaciones, se las queda y va aprendiendo a partir de errores, en un proceso continuo de metacognición. Aprende de y con nosotros.
En algunos países y ámbitos se ha pedido parar o poner límites a esta tecnología. No podemos dejar que campe a sus anchas. No todo lo que la tecnología es capaz de hacer es bueno o socialmente aceptable, escribía el presidente de Telefónica, a la vez que pedía determinar cuáles son los derechos y obligaciones básicas de l personas y máquinas en este nuevo mundo.
También muchas voces se dirigen a legisladores internacionales para proteger a los menores de la pornografía y que su salud mental no se sienta afectada por la dependencia de redes sociales, plataformas, mensajería, videojuegos, etc. El control, la regulación, las leyes, los límites son palabras asociadas a avances que hasta ahora se extienden y triunfan en un campo abierto a todo, con nuestra atención como moneda de cambio. En estos contextos, la educación se ha de implicar para favorecer que el alumnado sea capaz de ver la luz en la oscuridad. No es fácil pero ha de ser posible. En beneficio de todos.
Fuente: Evaristo González Prieto. EL DIARIO DE LA EDUCACIÓN.
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