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Foto del escritorElkin Pelaez

¿Sabías que la pedagogía Colaborativa y Cooperativa serán la clave en el 2022?

Aprendizaje cooperativo y colaborativo: estas son las diferencias



Aunque el aprendizaje cooperativo y el colaborativo comparten la idea de trabajar en grupo para conseguir un objetivo común, no siguen los mismos procedimientos didácticos. Dos maestros nos explican las principales diferencias para aplicarlo en el aula.


Cooperar no es sinónimo de colaborar. Tan solo hay que imaginar un grupo de personas trabajando en un proyecto y cooperando entre ellos. Cuando se coopera se trata de ayudar al otro trabajando de forma equitativa mientras que si los miembros de ese mismo grupo colaboran entre ellos estarán trabajando de forma conjunta, pero puede que no se ayuden de manera igualitaria y seguramente unos tendrán más tareas que otros. Estos dos ejemplos, traspasados al ámbito educativo, explican los principios de dos tipos de aprendizaje: cooperativo y colaborativo.


Aprendizaje cooperativo y aprendizaje colaborativo

En la década de los 60, los hermanos David y Roger Johnson, dos docentes de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), comenzaron a investigar y a reflexionar sobre si el aprendizaje individualista propio de la época era beneficioso para los estudiantes y fueron los encargados de definir el aprendizaje cooperativo: “Se trata de un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”.



Así, esta metodología trabaja cinco elementos esenciales: la interdependencia positiva, la responsabilidad individual, la interacción motora, las habilidades sociales y el procedimiento del grupo (a la hora de reflexionar sobre las metas conseguidas). El maestro y pedagogo Marcos Ordiales lo ‘traduce’ así: “El trabajo cooperativo promueve el establecimiento de un vínculo entre los miembros del grupo, que fomenta la ayuda, la participación equitativa, la responsabilidad individual de cada uno de los participantes, el procesamiento del resultado por parte del grupo y el desarrollo de unas habilidades interpersonales relacionadas con animar, pedir ayuda, ofrecer explicaciones, buscar la comprensión, debatir, resolver problemas o ‘criticar’ las ideas sin criticar a los individuos”.


Para Olga Manso, maestra de Infantil y coautora del manual ‘Cooperar para crecer. El Aprendizaje Cooperativo en Infantil’ (SM), en este tipo de aprendizaje “los estudiantes trabajan juntos (quieran o no) porque se necesitan los unos a los otros para finalizar la tarea y llegar a una meta común”. Es decir, y tal y como señala Ordiales, “el objetivo no es sólo el producto final sino el proceso para lograr que todos aprendan mejor”.


Por otro lado, el aprendizaje colaborativo, tal y como subraya la docente Vanessa Onetti, se basa en la organización, por parte de los alumnos, de pequeños grupos de trabajo que desean desempeñar una labor en conjunto. “Los estudiantes colaborarán si son prosociales, si quieren involucrarse con el equipo, pero si no quieren, no lo harán”, destaca Manso. No obstante, en la metodología colaborativa también intervienen una serie de elementos beneficiosos para el alumnado: la autonomía del propio grupo de trabajo (al tener que organizarse por sí mismos las tareas), la empatía que surge entre los propios miembros y el trabajo en equipo para conseguir esa meta común.



El papel del docente

En ambas metodologías, el rol del docente es diferente. En el aprendizaje cooperativo, el profesorado realiza una función proactiva. “Distribuye a los alumnos en grupos, propone las normas y reparte los roles que desempeñarán los estudiantes. También se encarga del diseño de la situación cooperativa teniendo en cuenta los elementos que conforman este tipo de aprendizaje”, indica Manso.


Por el contrario, en el aprendizaje colaborativo, el docente se convierte en una guía para el alumnado. “El profesor les expone la tarea a realizar y son los alumnos los que gestionan el proceso de una manera libre. Tan solo les ayuda cuando tienen una dificultad pero no toma decisiones previas al proceso”, señala Ordiales.


Actividades para ponerlos en marcha

Tanto el aprendizaje cooperativo como el colaborativo se pueden poner en práctica desde los primeros niveles educativos y en todas las materias. Manso destaca la posibilidad de aplicar una u otra metodología para una misma tarea. Por ejemplo: una actividad de investigación sobre los animales que viven en los diferentes ecosistemas. “En una situación cooperativa el docente establecerá la estructura cooperativa del grupo-clase, así como la ruta de trabajo e interacciones que seguirán los estudiantes. Sin embargo, en la colaborativa, serán los propios alumnos los que se organicen a la hora de trabajar y los que desarrollen el plan a seguir”.


Por su parte, Ordiales propone una actividad relacionada con la escritura: escribir una carta entre varios estudiantes. Para llevarlo a cabo a través del aprendizaje cooperativo propone los siguientes pasos (todos ellos interconectados con los elementos propios de esta metodología).

  • Preparar ideas por separado. Cada uno de los miembros prepara sus ideas a exponer en la carta, fomentando la responsabilidad individual.

  • Poner en común las ideas decidiendo cuáles son imprescindibles. De este modo, comparten material y pueden tener una recompensa conjunta si lo hacen bien promoviendo, así, la interdependencia positiva.

  • El papel del docente. El profesor (por medio de roles o sin ellos) establece las conductas esperadas dentro del grupo: participación de todos los miembros, no ausentarse del grupo, parafrasear las ideas interesantes… lo que impulsa las habilidades sociales.

  • Apoyarse entre compañeros. Los participantes se apoyan, se animan y comparten impresiones. Escriben la carta turnándose en el desempeño. Aquí se hace uso de las interacciones promotoras.

  • Evaluación final. Finalmente, comprueban si han cumplido los objetivos y se evalúan para ver en qué pueden mejorar, es decir, el procesamiento del grupo.

En e

l caso de aplicar el aprendizaje colaborativo en esta misma actividad, el maestro y pedagogo señala que “los alumnos suelen hacerlo sin instrucciones previas (detalladas). Ellos gestionan el trabajo lo que puede provocar que unos asuman la responsabilidad, por ejemplo, y trabajen más que otros”. Para Ordiales el objetivo es que “dentro del proceso de colaboración se incluyan también los aspectos fundamentales de la cooperación”.


Fuente: Educación 3.0 https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/aprendizaje-cooperativo-y-colaborativo/

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