La IA se esta tomando las escuelas de forma silenciosa
- Elkin Pelaez
- 2 sept
- 8 Min. de lectura
La velocidad con que avanza la transformación pedagógica, nos esta dejando atrás.

Foto: Revista Wired
Entusiasmo y pánico: breve historia de la tecnología para la educación
Desde las calculadoras hasta ChatGPT, la introducción de nuevas tecnologías en las escuelas ha inspirado discursos frenéticos durante mucho tiempo: ¿Revolucionará el sistema o pudrirá el cerebro de los niños? Con frecuencia, no hace ninguna de las dos.
Si tienes hijos, eres educador o simplemente has ido a la escuela, probablemente hayas desarrollado una opinión sobre la IA generativa en las aulas. Es posible que temas la desaparición de la redacción de cinco párrafos, la facilidad cada vez mayor para hacer trampas o, peor aún, el fin del pensamiento crítico.
No te preocupes: la ansiedad que rodea a los grandes modelos de lenguaje en las escuelas tiene precedentes. En 1975, los profesores temían que las calculadoras de mano mermaran la capacidad de los alumnos para "manejar habilidades básicas como la lectura, la escritura y la aritmética", según un informe de The New York Times. Otros, sin embargo, creían que las calculadoras podrían "liberar a los alumnos para concentrarse en principios básicos". ¿Te suena familiar?
Encontrarás más historias de ansiedad similares en ‘The Pessimists Archive’ (El archivo de los pesimistas), un sitio web que relata los pánicos morales asociados a una serie de maravillas tecnológicas que se remontan a la década de 1850. A principios del siglo pasado, la preocupación giraba en torno a los libros. "Los niños leen demasiado", "La lectura de novelas provoca el suicidio" y "Demasiados libros en nuestras escuelas" eran algunos de los titulares.
La naturaleza cíclica de estas reacciones alarmistas "revela el tipo de sesgos cognitivos y psicológicos" que subyacen en el miedo al cambio, explica Louis Anslow, director del archivo. El rechazo a las nuevas tecnologías a menudo no se basa en ninguna prueba condenatoria en particular, sino que simplemente se nutre de la angustia de los padres ante la incertidumbre del mundo que han heredado sus hijos.
Estas reacciones exageradas también pueden darle demasiado crédito a la tecnología y demasiado poco a los sistemas educativos. La idea de que una sola herramienta tiene el poder de "revolucionar" los sistemas educativos se basa en la premisa de que estos sistemas son frágiles y susceptibles de revisión. En realidad, según Anslow, las instituciones educativas son "bastante impermeables al cambio", y la nueva tecnología acaba "adherida al viejo sistema".
Safinah Ali, profesora adjunta del Departamento de Liderazgo y Tecnología de la Administración de NYU Steinhardt, cree que esta tendencia a sobrevalorar el impacto de las nuevas tecnologías ignora la naturaleza multidimensional del aprendizaje. "Creo que las cosas cambian, pero creo que, en general, el aprendizaje como acto no cambia", observa Ali. "Aprender es algo más que recuperar una información y unos conocimientos. Tienes tus círculos sociales, tienes amigos, tienes esta interacción profesor-alumno. Todo eso permanece".
Al igual que ocurrió con la introducción del corrector ortográfico o de internet, los profesores tienen que estar a la altura del momento y adaptar sus métodos para aprovechar las ventajas de la IA generativa. Ali espera que, en el futuro, los profesores dejen de limitarse a pedir a los alumnos que memoricen y reproduzcan conocimientos y, en su lugar, evalúen a los estudiantes basándose en la creatividad, el pensamiento crítico e incluso la empatía. Los estudiantes también podrían ser evaluados en función de lo bien que puedan utilizar la IA generativa y de si pueden hacerlo sin comprometer su capacidad de pensamiento original.
Cuando se trata de herramientas como ChatGPT, padres y educadores suelen ser más escépticos y menos conocedores de la tecnología, y por tanto más lentos a la hora de adoptarlas y comprenderlas, lo que puede hacer que los niños sean más propensos a hacer un mal uso de ellas. Prohíbe la herramienta y los alumnos la utilizarán para hacer trampa; enséñales sus valiosos usos y puede que no lo hagan.

Ali cree que la gente subestima el empuje de los estudiantes cuando se enfrentan a las nuevas tecnologías. "Interactuamos con los estudiantes todo el tiempo. Tienen muchas ganas de aprender, de perfeccionarse y, de hecho, utilizan muy bien estas herramientas modernas", asegura. "A menudo oigo cosas como: 'La generación Z ya no quiere aprender porque tienen toda esta información'. No me lo creo en absoluto".
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A continuación encontrarás algunos de los avances tecnológicos más importantes en la educación de las últimas cinco décadas. Cada uno de ellos fue recibido con cierto escepticismo, ya fuera a través de artículos de opinión catastrofistas o de un amplio rechazo institucional, pero la mayoría acabaron siendo aceptados por estudiantes y profesores por igual.
Las calculadoras de mano
Presentación al público: Primeras calculadoras en 1970-71; calculadoras gráficas en 1985.
Costo: Bowmar presentó su primera calculadora de mano de cuatro funciones en 1971 por 245 dólares (unos 1,986 dólares actuales ajustados a la inflación). Hewlett-Packard vendió su primera calculadora científica de mano en 1972 por 395 dólares (3,100 dólares hoy en día); Texas Instruments lanzó una ese mismo año por un poco menos de 150 dólares (unos 1,177 dólares). En 1985, Casio vendió la primera calculadora gráfica de mano comercial por 75 dólares (alrededor de 230 dólares).
Adopción por las escuelas: Al principio, muchas escuelas prohibieron las calculadoras por "hacer los cálculos demasiado fáciles", pero alumnos y educadores pronto vieron el valor de la nueva herramienta. En 1985, Connecticut se convirtió en el primer estado en exigir el uso de calculadoras en sus exámenes estatales. En 1988, Chicago proporcionó calculadoras gratuitas a los alumnos de cuarto a octavo grado. A partir de 1994, en EE UU se permitió el uso de calculadoras a los estudiantes que realizaban los exámenes SAT. Solo tres años más tarde, el 95% de los estudiantes que realizaban los exámenes SAT llevaban una calculadora al examen.
Pánico general:
“Los alumnos pueden verlo como una forma de 'apañárselas', lo que no solo dificultará su desarrollo posterior en las operaciones matemáticas, sino que también puede provocar una disminución de su capacidad matemática actual. La razón más importante para no permitir que los niños de primaria utilicen calculadoras es que anula el propósito de tener clase de matemáticas”.
Las computadoras
Presentación al público: Se volvieron populares en las escuelas en los años 80, pero su uso no se generalizó realmente sino hasta los 90.
Costo: La Apple IIe, lanzada en 1983 y utilizada habitualmente en las escuelas, costaba 2,364 dólares (un poco menos de 7,800 dólares actuales ajustados a la inflación).
Adopción por las escuelas: Apple desempeñó un papel crucial en la introducción de las computadoras en las aulas, en parte promoviendo leyes que ofrecían exenciones fiscales a los fabricantes de computadoras que las donaran a escuelas, museos y bibliotecas. A principios de la década de 1980, Apple donó cerca de 10,000 de sus computadoras Apple IIe a escuelas de California como parte del programa 'Kids Can't Wait' de la empresa.
En 1984, había una proporción de 1:92 de computadoras por alumno en las escuelas públicas estadounidenses. Veinticuatro años después, en 2008, la proporción era de 1:4. En 2021, el 90% de los líderes de distritos escolares encuestados por Education Week afirmaron que estaban proporcionando un "dispositivo digital de aprendizaje entregado por la escuela" por cada estudiante de secundaria y bachillerato. El 84% aseguró estar haciendo lo mismo con los alumnos de primaria.
Pánico general:
“A. Daniel Peck, profesor de educación de la Universidad Estatal de San Francisco, es uno de los escépticos cada vez más vocales. ‘Estamos en una explosión de religión de computadoras en detrimento de la educación básica’, sostiene Peck. ‘Deberíamos analizar hasta qué punto el derroche informático está diluyendo la educación; sin duda, no está ayudando’. Peck ha organizado un comité ad hoc de educadores y empresarios, llamado Comité de Educación en Competencias Básicas, para combatir la llegada de las computadoras a las escuelas. En un documento expositivo del grupo se pide ayuda para ‘detener el tren’ antes de que ‘el sistema educativo se exceda en su dependencia de las microcomputadoras’”.
El pizarrón interactivo
Presentación al público: 1991.
Costo: En 2009, costaban de 700 a 4,500 dólares (de unos 1,069 a unos 6,874 dólares si se ajustan a la inflación).
Adopción por las escuelas: Cerca de un tercio de las aulas de educación primaria y secundaria en los EE UU tenían un pizarrón interactivo (o “pantalla de pared”) en 2009. Entre 2004 y 2009, las ventas globales aumentaron de 170,000 a 700,000 dólares, principalmente en escuelas.
Pánico general:
“Existe una preocupación real por el elevado costo de los pizarrones interactivos. Muchos educadores preferirían que la inversión se destinara a otras tecnologías, como laptops o tablets. A los educadores también les preocupa que las pizarras interactivas enfaticen las lecciones centradas en el profesor en detrimento de las centradas en el alumno”.
“Interactive Whiteboards Allow More Sharing”, The New York Times, 2012.

Internet
Presentación al público: La World Wide Web fue lanzada en 1991, pero el uso generalizado de internet se disparó con la aparición de Mosaic, el primer navegador gráfico, en 1993.
Costo: En 1996, el acceso ilimitado a internet a través de AOL costaba 19.99 dólares al mes (unos 42 dólares actuales ajustados a la inflación).
Adopción por las escuelas: En 1994, el 3% de las escuelas públicas de EE UU tenían acceso a internet. En 2001, esa cifra había aumentado hasta el 87%. El programa E-Rate de la Comisión Federal de Comunicaciones, creado en 1996 como parte de la Ley de Telecomunicaciones, ayudó a subvencionar internet para las escuelas y bibliotecas. En 2001, el programa E-Rate destinó 5,800 millones de dólares a solicitantes de todo el país.
Pánico general:
“Sí, internet es un medio fantástico, vibrante y en evolución que está cambiando el mundo. Sin embargo, no es una tecnología destinada a mejorar nuestras escuelas. El enamoramiento de internet de [el presidente] Clinton ofrece un símbolo patético pero revelador de hasta qué punto se malinterpreta la historia y el papel de la tecnología en la educación. Este enamoramiento tiene que ver con la política y la complacencia, no con la promesa y el potencial”.
"Just Say No Net in Schools", WIRED, 1997.
El iPad
Presentación al público: 2010.
Costo: 499 dólares en el momento del lanzamiento (poco menos de 750 dólares de hoy ajustados a la inflación).
Adopción por las escuelas: En agosto de 2014 se habían vendido o donado 13 millones de iPads a escuelas de todo Estados Unidos.
Pánico general:
“Un grupo de profesores y estudiantes de Los Ángeles afirma que el plan de su distrito escolar de distribuir iPads a todos los alumnos es demasiado bueno para ser verdad. Los profesores dicen que el dinero podría gastarse de una forma mejor que en grandes cheques a empresas de software y tecnología. Sospechan que el plan del iPad es un caballo de Troya introducido para aumentar la dependencia en el plan de estudios y los exámenes estandarizados”.
“An iPad on Every Desk: A Trojan Horse, Teachers Say”, Labor Notes, 2013.
La IA generativa
Presentación al público: OpenAI lanzó ChatGPT en 2022.
Costo: ChatGPT de OpenAI tiene una versión gratuita, una versión Plus por 20 dólares al mes y una versión Pro por 200 dólares al mes. También ofrece el programa ChatGPT Edu para las universidades. Gemini, el asistente de IA de Google, tiene precios similares, una versión Pro y el programa gratuito Gemini for Education.
Adopción por las escuelas: Los estudiantes no tardaron en subirse al tren de la IA generativa: En 2023, un año después de su lanzamiento, alrededor del 13% de los adolescentes de EE UU utilizaban ChatGPT para tareas escolares. En 2024, el porcentaje aumentó hasta el 26%. Los administradores y distritos escolares dudaban en aceptar los LLM en sus aulas. Apenas unos meses después del lanzamiento de ChatGPT, distritos escolares de todo EE UU, incluyendo importantes áreas metropolitanas como Nueva York y Los Ángeles, bloquearon el acceso de los estudiantes al servicio en las redes y dispositivos de sus centros. En julio, Microsoft y OpenAI anunciaron una nueva iniciativa para poner la formación en IA al alcance de los educadores de todo el país.
Pánico general:
“'Hay mucho conocimiento barato allá afuera. Creo que esto podría ser un peligro en la educación, y no es bueno para los niños', expresó un educador sobre el chatbot viral de OpenAI”.
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