Elisabeth Gruner es maestra de literatura para niños y adultos jóvenes. Hace poco compartió un artículo para el portal The Conversation titulado «I no longer grade my students’ work – and I wish I had stopped sooner» en donde comparte su experiencia excluyendo las calificaciones en los trabajos escritos de sus alumnos.
La práctica de calificar y clasificar a los estudiantes -comenta Gruner- está tan extendida que parece necesaria. Agrega que las calificaciones tienen otros problemas: son desmotivadoras, no miden realmente el aprendizaje y aumentan el estrés de los estudiantes. Asimismo, reconoce que las formas tradicionales de evaluación pueden perpetuar la inequidad e impedir el aprendizaje.
Según menciona Elisabeth, dejó de poner calificaciones en el trabajo escrito por tres razones. En primer lugar, quería que sus alumnos se centraran en los comentarios que les proporcionaba sobre sus escritos, ya que cuando colocaba una calificación los estudiantes parecían concentrarse únicamente en eso.
En segundo lugar, le preocupaba la equidad y cómo garantizar que todos los estudiantes tengan los recursos que necesitan para aprender. Y tercero, según sus propias palabras: odia calificar pero le encanta enseñar y siente que es más productivo para ella y su grupo, escribir comentarios significativos, sugerir mejoras, hacer preguntas y entablar un diálogo directo.
Hace cuatro años, dejé de poner calificaciones en el trabajo escrito y ha transformado mi enseñanza y el aprendizaje de mis alumnos. Lo único que lamento es no haberlo hecho antes. ELISABETH GRUNER.
La práctica adoptada por Elisabeth se llama «desclasificar» y como ella misma menciona dicha práctica no es nueva. Aunque deja en claro que no llega aplicar la «desclasificación» en su totalidad, ya que al final de cada semestre tiene que asignar calificaciones a los estudiantes porque así lo requiere la universidad donde labora. En el artículo Elisabeth explica con más detalle el proceso que lleva a cabo con sus alumnos, los resultados obtenidos, así como la manera de asignar calificaciones.
En la actualidad, no son pocos los docentes que cuestionan los efectos de los métodos tradicionales de evaluación y calificación. Repensar los paradigmas de evaluación nos parece saludable sobre todo en tiempos en los que se exige atender con urgencia aspectos tan relevantes como la diversidad y la inclusión educativa. En este sentido, la experiencia áulica que Elisabeth Gruner desarrolla en su artículo invitan a una profunda reflexión respecto a la efectividad de los métodos tradicionales de calificación.
[…] la experiencia áulica que Elisabeth desarrolla en su artículo invitan a una profunda reflexión respecto a la efectividad de los métodos tradicionales de calificación.
Fuente: El Blog de Gasvin. https://gesvinromero.com/2022/06/20/ya-no-califico-el-trabajo-de-mis-estudiantes-elisabeth-gruner/
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