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Foto del escritorElkin Pelaez

¿Sabías que el Aula de clase se está conviertendo en una mentoría digital? Esto dicen los expertos.

El diario digital de Barcelona especializado en educación, publica hoy un artículo, titulado Transformacions de les aules amb mentories digitals (Transformaciones digitales de las aulas con mentorías digitales). El artículo es escito por uno de los asesores de Profes al aula el profesor Evaristo Gonzalez, de barcelona, quien ha participado en varios eventos en Colombia sobre educación y nuevas realidades tecnológicas.


1. Contexto para entender el contenido del artículo:


En la Comunidad Autónoma de Cataluña (España), el Departamento de Educación del la Institución que la gobierna, la Generalitat, decidió el curso pasado prestar un ordenador portátil y un kit de conectividad al alumnado que lo quisiera en cursos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachilleratos (enseñanza postobligatoria). Había un número concreto de equipos que se fueron entregando en la segunda mitad del curso 2020-2021. Para este curso 2021-2022, que se inició en septiembre, decidió establecer la figura de los llamados Mentores Digitales. Es profesorado en activo en los centros públicos que optan a ello. Reciben una formación, se les asigna un grupo de centros y una remuneración económica extra, financiada con dineros finalistas europeos. Cuando todo se ejecute, que se supone que es inminente, abandonan sus centros donde trabajaban hasta agosto de 2023 y se nombra una persona profesional de la educación en su lugar.


2. Artículo traducido al castellano:


La digitalización de la educación en las aulas ha sido uno de los objetivos más recurrentes en los últimos años. Basándose en una necesidad imprescindible para avanzar y adaptarse a las demandas de la sociedad, en estos cursos los programas políticos han incluido este objetivo, de una forma más o menos prioritaria. Aulas bien equipadas; educar aplicando las preposiciones con, en, desde, sobrelas TIC; no al aula de informática; las TIC siempre dentro del aula; las TIC ya invisibles: las TIC ubicuas, etc. Podemos ir añadiendo expresiones bien sonantes y objetivos de todo tipo y tendencias, incluidas competencias y habilidades.

En paralelo a estas propuestas a menudo se añadía y se publicaba quién ponía los dineros para los logros TIC: según quién financiara, según las partidas y asignaciones presupuestarias, según las decisiones y los colores políticos, de acuerdo con las negociaciones…y, además, ahora la caja parece que dispone de dineros finalistas de fondos europeos que, por lo que se deduce, se han de gastar para conseguir objetivos de políticas TIC en las aulas. Todo para sumar objetivos (mejor si son con dineros europeos), indicadores de resultados, propuestas que se han de conseguir con una maquinaria que funciona dependiendo no de piezas ni también de papeles oficiales (ahora en digital) sino de personas y sus realidades, de centros y sus equipos, de proyectos de centro y de dirección que, todo junto, en su globalidad a menudo se envuelve y se cubre con palabras mágicas: autonomía de centro, proyectos de centro, identidades y singularidades de centro.


Además, en el sector público, si los esfuerzos para sacar adelante las palabras mágicas se enfrentaban a diversos obstáculos, uno de los cuales y muy notable es el cambio e incorporación continua de profesorado nuevo cada curso (y volvamos a comenzar y a encajar a todos con la estructura creada), ahora, después de dos meses de haber iniciado el actual, las direcciones no podemos encontrar con personas que se implican en lo que la normativa les permite: salir del claustro e ir como mentores o mentoras de un grupo de centros hasta el verano de 2023, con una recompensa económica, se supone que europea. Otra vez: profesorado sustituto, los ponemos al día, encajamos y seguimos. ¿No se podría haber planificado para el mes de julio, mes de formación y que fuera obligatoria? ¿Ha de ser durante el curso, se supone que con la suma de más tardes de formación, desmontando las planificaciones previstas?


Más realidades


Desde el día a día de estas aulas y desde la gestión en la dirección, las realidades son muy diversas, los ritmos relacionados con las TIC también y el convencimiento para verlas como imprescindibles…pues dpende de muchos aspectos, circunstancias y condiciones. A menudo la duda no está tanto en el convencimiento sino en la imposibilidad de atender a todo, porque parece que todo cabe en las aulas, todo se ha de hacer y es necesario conseguirlo todo. Aulas quizá estresantes y estresadas. Ya que se habla mucho de la salud individual (física y mental) como efecto de la pandemia, las consecuencias también llegan a las aulas en su conjunto. ¿Cuál es la salud de las aulas, en todos los sentidos?

Los que llevamos muchos años conviviendo con las TIC de forma intensiva en las aulas (cerca de 24 cursos, implicados en programas y proyectos que suelen estar al alcance de todos), deducimos ahora que la emergencia provocada por la COVID hizo despertar los recursos tecnológicos como la gran y única panacea o solución para seguir adelante. Unas tecnologías que desde hace unos cuantos años ya estaban al servicio de la educación y de los programas de los gobernantes de turno, impulsadas, desinfladas, quizá hasta olvidadas o diluidas dentro de otros nuevos términos. Hemos conocido proyectos y propuestas innovadoras. Cómo han impactado en los centros educativos es una incógnita que seguro que responden las autoridades educativas, si bien quien más y mejor conoce el mapa y radiografía de cada centro es su profesorado.


Pandemias


Decíamos que el virus de la COVID nos ha descubierto que las TIC son imprescindibles. Menos mal que una pandemia ha provocado ni que sea solo un efecto positivo: el impulso de la digitalización de las aulas, con una inmensa lluvia de ordenadores y conectividad por todas partes (café para todos), pagada con dineros públicos, a disposición de docentes y alumnado. Nunca habíamos sido tan agraciados. Bienvenido el gran y necesario detalle en préstamo, también dicen que en nombre de la equidad. Siempre agradeciendo el gran trabajo y planificación de las autoridades educativas para conseguir ordenadores y conectividad para quien quiera, aunque una minoría planteamos algunas objeciones, ahora aparece otro enemigo, externo: la falta de semiconductores, la rotura de la cadena de suministros y el efecto de no poder cumplir los plazos, con centros y alumnado que esperarán el préstamohasta que lleguen los equipos, se dice que quizá en junio de 2022.

Y después de tantos ordenadores, los mentores y las mentoras digitales. Pero, en la planificación actual, ¿qué han de ser antes: los mentores o los ordenadores? ¿estar formados para recibir los equipos y saber cómo aprender con la tecnología o al revés?

La COVIDnos ha abierto los ojos a unas pantallas y a programas educativos que ya existían, nos ha mostrado las posibilidades de romer los espacios y las paredes (físicos, digitales, en la nube), los horarios (curriculares o no, con la posibilidad de ser muy versátiles si se permitían), aumentar el profesoradoque enseñaba (docentes del centro, docentes digitales, entre iguales, de otras culturas), familiarizarse con formatos distintos para aprender, disfrutar de auxiliares reales o no, tangibles o intangibles. Esta pandemia también nos ha mostrado las carencias y nos ha ayudado a abrir los ojos para mejorar lo que se hacía con muchos esfuerzos y dedicación. En todo caso, extrapolando, podemos deducir que hay otros tipos de pandemiasque ahora no toca enumerar aquí.




Diccionarios


Los programas impulsores de las TC en las aulas y los equipamientos (como ha pasado en otras ocasiones) han estado acompañados de documentos que recogían palabras, viejos y nuevos términos con semánticas concretas. Desplegaban su significado en los centros educativos y solían estar acompañados de actuaciones ejecutivas. La terminología se podía relacionar entre ella, una palabra o expresión podía estar incluida en otra o no, ser sinónimas o ser continuistas (¡nunca antónimas!). Hemos leído y escuchado muchas. Por ejemplo: acompañamiento, transformación, innovación, experimentación, gestión del cambio, empoderamiento, liderazgo, madurez digital, brecha digital, facilitadores, orientadores, curadores, tutores, supervisores, asesores, acompañantes, impulsores, guías, coachs. Y ahora resurge y se incorpora otra a la lista, no nueva pero también necesaria en estos momentos: mentores (mentoring). Quizá algunos términos responden a inercias mentales para repetir lo mismo de otra manera.

Cada palabra es todo un mundo y tiene su sentido. Algunas son imprescindible citarlas en cualquier puesta en común, en un nuevo programa o documento educativo, en grupos de trabajo, conferencias, charlas, jornadas o artículos (quien escribe es un buen ejemplo). Forman parte de un ecosistema que se relaciona con cambios y transformaciones pedagógicas que implican a mucho profesorado. Seguro que todo demuestra progreso, necesidad y cambio positivo. Pero también cada palabra va acompañada de connotaciones y denotaciones que definen aspectos concretos, superficiales y/o profundos.


Mentorías


Aunque el concepto es antiguo, muy usado en otros campos e idiomas, por deducciones personales en educación se ha visto cubierto por diferentes capas, cada una con un término, unos citados antes y otros nuevos que se han acumulado encima.

Tal como dicen las enciclopedias, el origen de la palabra y su significado se remonta a Grecia, al personaje de Homero llamado Ulises, dentro del libro La Odisea. Internet aporta etimologías y documentación al respecto. Aplicando ideas encontradas en el uso de este término en el mundo económico y empresarial, se puede descubrir la mentoría natura (informal y no intencional), la intencional (formal o sistémica), entre pares de estudiantes y/o docentes, venida desde fuera a través d eexpertos formados para la ocasón, con interacción flexible y simétrica, ayuda entre iguales, etc. Y también la mentoría fruto de estrategias particulares de centros que han descubierto hace tiempo que la mejor solución interna para conseguir los objetivos que puedan emparentarse, más o menos, con un Mentor oficial.


¿El concepto de la Mentoría siempre ha de venir de fuera del centro o se ha de impulsar desde el interior?, ¿ha de tener unos cuantos centros a la vez, con sus particularidades, diferencias y velocidades?, ¿ha de incentivar las TIC al máximo en todos los órdenes de funcionamiento de un centro educativo?, ¿ha de luchar por alcanzar las competencias y habilidades digitales de la enseñanza en formato digital y todo lo que recoge el Pla TAC (si está redactado), ahora reconvertido en un nuevo término: Entorno Digital de Centro?


Las autoridades impulsoras de la figura del Mentor o Mentora son las que responden las cuestiones y estamos seguros que lo tienen todo muy bien planificado. Quizá nos falta el conocimiento en profundidad. Nos fiamos de personas de centros que se han acercado al proceso de mentoría digital, el gran trabajo que implica, la cantidad de horas y su estructuración formativa. Todo convovoendo a la vez con la organización del curso propia del centro educativo. Bienvenido sea todo y más para conseguir la auténtica transformación digital de las aulas.



Posibles estrategias


Por si sirve de ayuda o de orientación, de forma general hasta ahora los centros educativos TIC hemos tenido presente una determinada concepción de la mentoría para funcionar entre iguales, con docentes internos, otros en activo procedentes de centros TIC experimentales en algún aspecto, grupos de trabajo internos o externos, mentorías verticales y horizontales, incluso alumnado que sus enseñanzas se acercan a una mentoría, en un momento concreto, ¿por qué no?

Estrategias específicas utilizadas, de forma más amplia:

- Establecimiento de formaciones internas para docentes, aprovechando personas más expertas de cada centro o invitando referentes de fuera, a veces acertados y otras no tanto pero siempre con lavoluntad de compartir y a menudo gratis.

- Asistencia a la gran cantidad de propuestas formadoras que han llegado por vías oficiales, institucionales, de entidades diversas o empresas.

- Impulso de formaciones entre iguales, programadas o espontáneas de acuerdo con las necesidades a corto plazo, pensando a medio y a largo plazo.

- Análisis de estudios de casos y buenas prácticas llevadas a cabo en el mismo centro o en otros, conocidas de forma directa, publicadas o expuestas en congresos, jornadas, formaciones.

- Grupos de trabajo externos e internos.

- Formar parte de proyectos y propuestas innovadoras donde las TIC estaban presentes o no eran evidentes por estar ya dentro.

- El alumnado como mentor en las clases, como ayuda a compañeros y también a docentes en aspectos concretos.

- La automentoríacomo autoaprendizaje continuo en un proceso de reciclaje y de actualización constante, en un entorno de continua curiosidad docente.

- Banco de recursos y de personas: saber a quién, qué y a dónde consultar cuando se necesita, de dentro o de fuera del centro. Hay que disponer de una buena agenda personal o pedir ayudas, por ejemplo a Centros de Recursos Pedagógicos o a referentes del Departamento de Educación.

- Espacios digitales específicos que, aparte de incluir puntos anteriores, son una fuente constante de intercambios, de compartir, de aportar propuestas, de generar debates, de responder a dudas o de orientar para encontrar soluciones. Seguir en Twitter a algunas personas expertas es un tiempo bien invertido, toda una fuente de saberes, que se alimentan con muchos comentarios y aportaciones, no siempre todos de gran calidad, como a menudo pasa en las redes sociales.



Más posibles mentorías


Además de la mentoría digital, definida como la autoridad competente ya ha determinado, para otras ocasiones-haya fondos europeos o de aquí-abundamos en el término y proponemos algunas ideas, que pueden encajar en el concepto que citamos o no, en el trabajo del profesorado y equipo directivo de cada centro (sin generar más estrés, claro) o bien que pueden ser otras líneas de trabajo o de asesoramiento a los centros educativos, desde nuestro punto de vista más que necesarias:

- Mentorías que ayuden a romper con muchas brechas que hay en los centros desde hace años, si bien se ha de tener una escala de prioridades. Cada centro es singular y sabe cuáles son.

- Mentorías para orientar en la complejidad de un mundo en cambio continuo, dónde estamos y a dónde irá nuestro alumnado.

- Mentorías para la utilización didáctica de todos los dispositivos, aplicaciones, recursos y novedades, incluidos los teléfonos móviles, restringidos o prohibidos en muchos centros en pleno siglo XXI.

- Mentorías sociales para educar en la responsabilidad individual: no puede haber una persona policía para cada ciudadano, con el fin de que la sociedad viva segura y funcione.

- Mentorías sanitarias, no solo en tiempos de pandemias.

- Mentorías emocionales para entendernos y entender.

- Mentorías del sexto sentidopara prever, ver más allá en medio de incertidumbres, dudas y caos, con un pensamiento positivo y crítico pero también realista.

- Mentorías que analicen el tratamiento de género y de los derechos humanos relacionados con las TIC.

- Mentorías que abarquen los efectos de los pensamientos digitales complejos y de las informaciones digitales continuas, con sobresaturación e infoxicación: pensar con mentalidad digital significa interiorizar imputs que están a nuestro lado: lecturas, escrituras, multimedia, composición de las informaciones, fuentes, redes sociales, poder de abstracción y capacidad de extraer conclusiones razonadas, momentos de reflexión sobre nuestra salud e higiene en digital, o los peligros que genera el mundo digital, incluso todo lo relacionado con la integridad física, por ejemplo debido a los selfies en lugares peligrosos, anorexia, bulimia, subestima, intentos de suicidio, acosos diversos, etc.

- Mentorías capacitadas para la integración afectiva de la tecnología en el aprendizaje.

- Mentorías para entender las situaciones COVID y las secuelas físicas y mentales, una de las cuales puede ser el exceso de presencia en el mundo digital.

- Mentorías para tratar sobre la posible deshumanización digital debido a prioridades, modas, hábitos y respuestas urgentes a temas mal enfocados, abusos, sobreexplotación, sin que nadie explique dónde están los límites digitales de las actuaciones humanas propias y ajenas.


Las TIC ya no son tecnologías nuevas en educación. El contexto actual las vuelve a acercar a los centros cuando de una forma u otra ya estaban dentro. Es una oportunidad más para formar al ritmo de los tiempos actuales, pensando en el futuro desde el presente. Deseamos y esperamos que esta vez sea la definitiva y no una más que se suma a las anteriores. Es una responsabilidad compartida.

 

Fuente: Evaristo González Prieto. Cibercomunicacion Educativa. Blog. https://cibercomunicacioneducativa.blogspot.com/2021/11/transformacions-de-les-aules-amb.html



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