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Foto del escritorElkin Pelaez

El uso del móvil en las aulas: educar en el mundo real

El 35% de los centros los utiliza como recurso educativo


El 71,8 por ciento de los menores catalanes de entre 10 y 15 años tiene móvil. Son datos del Idescat, que constata que este porcentaje ha aumentado un 20 por ciento en pocos años. Los adolescentes utilizan el móvil, nos guste o no. Los adultos se los compramos. Es una herramienta para distraerse, para jugar, para aprender, para relacionarse, para compartir... ¿Pero qué tienen que hacer durante el horario escolar? Hay países, como Francia, que han prohibido la presencia de los smartphones en los centros educativos. La Comunidad de Madrid los vetará a partir del próximo curso. Pero en Catalunya, el Departament d’ Educació tiene una visión totalmente opuesta. El reto es incorporar los teléfonos móviles a las aulas como recurso educativo. Enseñar a los niños y a los adolescentes a hacer un uso correcto. Y el camino será largo y con obstáculos, porque hay centros educativos catalanes que prohíben el uso de esta tecnología en el aula. La autonomía de centros se lo permite. Además, el julio pasado entró al Parlament una iniciativa legislativa popular que pide una modificación de la ley de Educació de Catalunya para vetar el uso de móviles en el interior de las escuelas e institutos, también en el exterior cuando se desarrollen actividades educativas.



En la otra cara de la moneda están los centros que desde hace años utilizan estos dispositivos y destacan las virtudes. Los docentes aseguran que aumenta la motivación de los alumnos, que se refuerza el trabajo cooperativo y, en definitiva, que los estudiantes aprenden en relación al presente que les rodea. Si los adultos utilizamos el móvil como herramienta en nuestro día a día, ¿por qué no los adolescentes? Prohibirlos es una manera de aceptar que hay un problema, pero ¿no ponerle remedio?


El debate es recurrente pero todavía está abierto. Y ha centrado la edición de esta semana del debate Catalunya futur que organiza La Vanguardia en colaboración con la Generalitat. Han participado Mar Camacho, directora general de I nnovació, Recerca i Cultura Digital; Jordi Rodón, secretario del Consell Escolar de Catalunya; Núria Sabaté, profesora de la escuela Marià Fortuny de Reus; Coral Regí, directora de la escuela Virolai de Barcelona; Evaristo González, director del Instituto Torre Palau de Terrassa y Martina Mairgünther, profesora de la escuela Jacint Verdaguer de Castelldefels.

“Queremos capacitar a los chicos y las chicas a adquirir la competencia en materia digital –explica Camacho–. Es una competencia que se les pedirá en el mundo laboral y en sus propias vidas. Los niños y niñas tienen que conocer el dispositivo que llevan en el bolsillo. Tenemos que hacer mucho trabajo acompañando a las familias y a las escuelas en el desarrollo de la ciudadanía crítica que queremos para el país”. Camacho cree que la prohibición de los móviles no es la solución y por eso “afrontamos el reto que es muy complejo por los centros educativos”. El departamento se pone al servicio de todos ellos con mecanismos, formación para el profesorado y acompañamiento para los equipos directivos’”. Estos son los objetivos de Educació, que tiene una vía para conseguirlo: el plan de educación digital. Se aplicará desde ahora y hasta el 2025 y quiere convertir Catalunya en puntera en el uso educativo de la tecnología para el éxito escolar y social del alumnado.


La propuesta del govern
Educació apuesta por incorporar los smartphones en las aulas como recurso educativo


Pero vamos sobre el terreno. En el instituto Torre Palau de Terrassa hace 26 años que introdujeron las herramientas digitales en las aulas. Desde hace seis, los móviles. Evaristo González, su director, cree que “cualquier tecnología, cuando llega, causa sensación. El móvil es la gran tecnología: es horizontal, interactiva, tiene cámara de fotos, y está conectada por todas partes. El móvil es una herramienta que tendríamos que deconstruir, analizarla con el alumnado por capas. No hablo del aparato en sí, hablo de lo que implica tener móvil, de cómo te cambia. ¿Qué haces con esta tecnología? ¿Cómo te ayuda en tu aprendizaje? El móvil forma parte de todo un contexto de centro, de un proyecto de convivencia. No es una cosa puntual.”


En la escuela Virolai de Barcelona también creen que si se prohíben los móviles en las aulas, se eludirá la posibilidad de educar en el buen uso y de descubrir a los niños las posibilidades educativas que tienen estos aparatos. Sólo a la hora del patio los alumnos dejan los smartphones en las taquillas. Es una decisión acordada entre la dirección y los estudiantes. No una prohibición. Coral Regí, la directora, precisa que “utilizamos Twitter, por ejemplo, para compartir y comentar poemas con alumnos de València. Es la manera más ágil. También hacemos actividades de geolocalización”. La directora del centro considera que “la escuela tiene que ser muy real. Si los centros educativos tienen actitudes alejadas de lo que es el mundo real, perdemos autoridad y prestigio.”


Eso con respecto a secundaria. ¿Pero qué pasa en primaria? En la escuela Jacint Verdaguer de Castelldefels han observado que cada vez hay más alumnos de sexto que disponen de smartphone. Martina Mairgünther, coordinadora de primaria, explica que en su centro “hace tiempo que apostamos para utilizar tabletas para ir en paralelo a la realidad: “No podemos obviar que el mundo se está transformando. La escuela tiene que ir de la mano de la realidad. Hemos aplicado un cambio de metodología, un trabajo por proyectos y trabajando mucho las emociones. La tableta tiene un abanico de aplicaciones muy amplio que después podrán utilizar con su teléfono móvil. Es una educación previa en primaria para que cuando lleguen al instituto tengan menos problemas”.


En el centro Marià Fortuny de Reus también educan en el uso del móvil desde primaria. Consideran que esta tarea de prevención es básica para tener después unos usuarios responsables del aparato. Núria Sabaté explica “que en quinto y en sexto trabajamos sobre todo en grupo e intentamos que haya cuatro o cinco móviles por aula. Trabajamos con los padres mucho temas como la huella digital, el control parental. Hay programas que nos permiten transformar el aparato en un microscopio, con la cámara y un led puedes hacer unas fotos científicas fantásticas. Hacemos a los alumnos más autónomos, más críticos”.



Los críticos
Francia ha prohibido los móviles en las escuelas, la Comunidad de Madrid lo hará el próximo curso

Desde el Consell Escolar de Catalunya, su secretario, Jordi Rodón, admite que “las familias tienen muchas dudas, muchas preguntas. Es natural, al principio siempre da miedo el cambio. Cuando hablamos de centros educativos, aparte del currículum competencial, tenemos formas de aprender, metodologías, y poco a poco va incorporando los dispositivos móviles”. Rodón considera que hay que aprender en relación al presente. “La tecnología llega un momento que se vuelve transparente. Los niños pueden tener balones en el centro y no por eso están chutando el balón en los pasillos. Se tiene que regular. Con los móviles pasa lo mismo. Hay que organizar el uso. Los centros no están solos”. El Consell Escolar aprobó un informe en 2015, actualizado en febrero del año pasado, que defiende el uso de los móviles en las aulas y añade algunos consejos. Rodón explica qué “ el centro educativo es un espacio donde lo más importante es el vínculo. Y es difícil que los alumnos lo construyan a partir de la prohibición. La fantasía de prohibir, que siempre es frustrante, no lleva a ninguna parte. Se tiene que sustituir por un acompañamiento. No podemos confiar sólo que las familias sean las que eduquen en el buen uso del móvil. Por eso tenemos especialistas en los centros educativos”.


Les escuelas e institutos que trabajan con los móviles en las aulas tienen claro que hay una serie de riesgos. El ciberacoso, por ejemplo. Evaristo González es partidario de trabajar estos casos en clase, si son públicos y “entre todos buscar soluciones”: “Muy a menudo las familias, por falta de cultura digital, no saben qué hacen sus hijos con los móviles”, apunta. También preocupa la cuestión relacionada con la protección de datos: la ciberseguridad. “Es un eje del nuevo Plan de educación digital de Catalunya. Ofrecemos programas de sensibilización para el alumnado y para las familias”, asegura Camacho.




 


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