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Foto del escritorElkin Pelaez

Docente que no aprenda metodología LS quedará fuera del mercado


 

Lesson Study: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento



La metodología Lesson Study (LS) busca mejorar paulatinamente el proceso de enseñanza y aprendizaje a partir del análisis de las prácticas, hábitos y herramientas que se emplean en las aulas. Rosario Mariana Rothamel, licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos y experta en gestión bibliotecaria, y Fernando Trujillo, profesor de la Universidad de Granada y miembro de Conecta13, desgranan sus claves.


El origen de la metodología Lesson Study (LS) se encuentra en el continente asiático gracias al espíritu de profesores y profesoras japonesas que deseaban mejorar su práctica

docente.


Encarnación Soto y Ángel Pérez Gómez (2011) nos ofrecen una definición precisa en su artículo ‘Las Lesson Study: ¿Qué son?’: “Las Lesson Study son un conjunto de prácticas, hábitos, relaciones interpersonales y herramientas que ayudan al profesor a trabajar de forma cooperativa en un proceso de acción e investigación”.


Experimentando en el aula

Estas prácticas tienen el objetivo primordial de permitirnos aprender sobre nuestra práctica docente a través de la experimentación en nuestra propia aula. Para ello, sigue una secuencia de nueve pasos:

  1. Definir el problema

  2. Diseñar (cooperativamente con compañeros docentes) una lección para ponerla a prueba

  3. Realizar y observar la lección

  4. Recoger la evidencia y reflexionar

  5. Analizar y revisar la lección

  6. Repetir la lección en otra clase

  7. Revisar las nuevas evidencia

  8. Establecer conclusiones

  9. Compartir los resultados con la comunidad educativa


La LS consiste, por tanto, en la observación minuciosa de nuestra propia práctica docente para comprobar si está siendo efectiva para que los estudiantes aprendan y, sobre todo, para descubrir cómo aprenden. Por esta razón, la anterior definición de la LS se completa con esta contundente frase (Soto y Pérez Gómez, 2015): “Se trata de reflexionar sobre cómo se construye nuestro conocimiento práctico para poder cambiarlo”. Es decir, la LS busca mejorar paulatinamente el proceso de enseñanza y aprendizaje a partir del análisis de nuestra propia práctica docente.



Desarrollo profesional

Esta propuesta de desarrollo profesional docente alternativa a cursos y seminarios está emergiendo en diferentes países alrededor del mundo y aquí en España, como veíamos más arriba, podemos destacar la actividad en la Universidad de Málaga liderada por Ángel I. Pérez Gómez y Encarnación Soto Gómez. También se han realizado experiencias en los centros del profesorado en Andalucía (Caparrós Vida, 2015) o en la Universidad de Oviedo (Braga Blanco, Calvo Salvador y Verdeja Muñiz, 2018), entre otras. En el plano internacional, Dudley (2015) expone el desarrollo de la LS en Inglaterra y propugna su extensión a todo el territorio europeo a través de la creación de una red europea de LS.


En nuestra opinión, podrían ser de gran utilidad algunas de las herramientas que nos ofrecen las LS para mejorar gradualmente nuestra propia práctica. En primer lugar, y ajustando la propuesta a este tiempo de confinamiento, la LS es una invitación a ser críticos con el material y las actividades que le estamos ofreciendo a los estudiantes para su trabajo: así pues, la primera pregunta es si este material está siendo efectivo o si debemos revisarlo. Para ello una posibilidad es observar la respuesta que nos proporcionan nuestros estudiantes: ¿Realizan la tarea? ¿Nos comunican alguna dificultad?¿Aparecen errores en la realización de las actividades por parte de los estudiantes?¿Qué tipo de dificultades y errores?¿Se deben a falta de comprensión de algún concepto o son más bien problemas procedimentales?


En segundo lugar, una pregunta pertinente en relación nuestra enseñanza a distancia está relacionada con la gestión del tiempo. ¿Qué carga de trabajo suponen las actividades que les estamos proponiendo a nuestros estudiantes? ¿Cuál es su rutina de trabajo en el hogar? Sobrecargar a nuestros estudiantes con actividades no significativas no es una buena estrategia para mantener la motivación y la implicación en este contexto.


En tercer lugar, podríamos plantear actividades de realización individual y de realización en grupo y, posteriormente, plantearnos las diferencias que se observan entre estas actividades y cómo las han experimentado nuestros estudiantes. Las actividades en grupo refuerzan la autonomía del alumnado pero es necesario gestionarlas bien (reparto de roles y tareas, asignación de responsabilidad individual y grupal, estrategias de evaluación ajustadas a la tarea grupal) si no queremos que un estudiante se ‘esconda’ tras su equipo.



En definitiva, la LS entiende que los docentes son investigadores de su propia práctica. Para ello cada nueva unidad o secuencia de trabajo con sus estudiantes es una oportunidad para aprender si nos hacemos las preguntas oportunas y buscamos las evidencias necesarias para encontrar una respuesta.

Finalmente, la LS busca siempre el trabajo cooperativo docente, pues entiende que solo en el diálogo con nuestros compañeros y compañeras, además de en la observación y el análisis de nuestra práctica, se produce aprendizaje profesional colectivo. En este sentido, podríamos aprovechar este momento para fortalecer vínculos con otros docentes, tanto de nuestro claustro como del claustro virtual, para hacer una puesta en común de actividades y contribuir con nuestras propuestas al enriquecimiento de nuestra comunidad de práctica profesional.


 

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/lesson-study-pedagogias-emergentes-confinamiento/

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