¿Cambiará el sistema educativo tras la pandemia?
De acuerdo a un estudio realizado por el Ministerio de las TIC, la ampliación de la cobertura de internet en las diferentes regiones del país ha estimulado la educación virtual, pues según las cifras el 64 % de los hogares en el país tienen acceso a internet y al menos el 72 % a teléfonos inteligentes, y aunque el 97 % usa estas herramientas para comunicarse, el 44 % las utiliza para formarse.
Sin embargo, con la crisis generada por la Covid-19 estas cifras van en incremento, pues con el cierre de las instituciones educativas, docentes tuvieron que rediseñar su plan educativo para adaptarlo a lo que es una docencia no presencial de emergencia, y aunque el objetivo actual no es hacer una transición a la educación online, para algunos expertos el trabajo que han hecho las instituciones educativas de adaptación rápida con el fin de garantizar que el proceso formativo pueda continuar ha sido imprescindible.
Así lo afirma Josep María Duart, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
“Estamos en una situación de excepcionalidad, ninguna institución estaba preparada al 100 % y a pesar de ello se está haciendo un excelente trabajo poniendo énfasis y atención en lo importante, de ahí la adopción generalizada de las tecnologías, pues todos usamos la tecnología para comunicarnos, acceder a la información, divertirnos, etc.; pero algunos ponen resistencia a usarla para aprender, la principal recomendación es tener una actitud abierta ante esta modalidad de aprendizaje”, explica.
Aunque nadie estaba preparado para esta crisis sanitaria, tras la contingencia queda claro que habrá un antes y un después en muchos ámbitos, incluyendo la educación, pues desde el inicio del confinamiento la virtualidad ha sido la única solución de choque viable para hacer frente a esta situación, colocando a los docentes ante un contexto que nunca antes había sido contemplado en los procesos educativos, creando el desafío para los colegios y maestros de reorientar de una forma diferente los procesos pedagógicos, pues los estudiantes usan las tecnologías la mayor parte de su día a día para el ocio y no para el aprendizaje, lo que ha llevado al límite los esfuerzos de las instituciones y los maestros.
“Lo que hemos convenido en llamar educación remota es una gran experiencia que puede ser la semilla para la transformación definitiva de los sistemas educativos presenciales en sistemas híbridos”, indica el docente. Para el experto, no se trata de convertirse en sistemas en línea, sino de ser híbridos, incorporar con normalidad espacios de no presencialidad en la formación presencial, y aunque la educación en línea se puede trabajar con todos los niveles educativos, es más adecuada para aquellos en los que los estudiantes tienen un nivel de desarrollo personal y competencial adecuado, es el caso de la educación superior, bachillerato y los últimos ciclos de la primaria.
“El uso educativo de la tecnología es apto para todos los niveles, la educación híbrida también. Sin embargo, la virtual dependerá del nivel de desarrollo competencial y personal del estudiante”, concluye Josep María Duart.
Cabe resaltar el esfuerzo que han venido haciendo las instituciones educativas del país respecto a la inversión en tecnología y la capacitación de sus docentes en estas herramientas para uso educativo, que sin duda alguna son imprescindibles para la educación en línea.
“Es un principio necesario para la transformación de las instituciones, de manera que con esto se garantice una educación online de calidad”, indica Duart. Y aclara que esta formación debe ir no solo dirigida al profesorado sino también a todas las partes del proceso de enseñanza, pues dentro de los cambios estructurales que debe hacer el sistema pedagógico está el de disponer de recursos de aprendizaje de calidad adecuadamente seleccionados de un sistema diverso y continuo de evaluación y feedback, de manera que consiga los resultados de aprendizaje esperados.
El reto de prevenir la deserción escolar
Para el docente Albert Sangrà, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), es fundamental entender que el contexto de aprendizaje ha cambiado y nada es igual, por lo tanto no se puede pretender continuar haciendo lo mismo. Los maestros, para empezar, deben descubrir inicialmente la parte lúdica que pueda atraer a los estudiantes al aprendizaje, utilizando herramientas que habitualmente usan para el ocio, pues hay que saber aprovechar esas competencias comunicativas, sociales, de uso de la red que ya tienen los estudiantes y ponerlas al servicio del aprendizaje.
Para motivar a los alumnos a participar de forma no presencial, es fundamental no replicar las metodologías presenciales en entornos digitales no presenciales. Según indica Sangrà, es importante establecer unos ritmos distintos en la cotidianidad del aprendizaje, pues ahora se lleva a cabo en un sitio y con personas diferentes a las que lo hacían habitualmente.
Para esto es importante, explica el experto, desarrollar sesiones más cortas, con diversidad de actividades que interpelen a los alumnos a la acción, y que lo hagan de forma colaborativa, tornándose el docente la rótula de contacto y punto de confianza que, sin embargo, les otorga flexibilidad y les facilita pautas y orientaciones.
Fuente informativa: https://www.radionacional.co/noticias/actualidad/educacion-pandemia-coronavirus
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