El método colaborativo Jigsaw: ¿Nos repartimos el temario y aprendemos todos juntos?
Muchas veces en el aula nos encontramos con un problema: cuando explicamos un temario nuevo, todos nuestros alumnos no entienden a la primera nuestras explicaciones. Esto a veces viene condicionado por la novedad del temario o por conceptos concretos. Sin embargo, si pedimos que un alumno que ha logrado entenderlo lo explique con sus propias palabras, se logra entender.
Un método de aprendizaje colaborativo basado en ese mismo problema, y que pretende dotar de mayor protagonismo y autonomía al alumno, es el método Jigsaw (también llamado puzzle). El funcionamiento de la técnica Jigsaw es muy sencillo: Inicialmente, se dividen en grupos de alumnos heterogéneos de cinco o seis miembros y cada miembro del grupo tiene la responsabilidad de estudiar una parte del material de trabajo asignado al grupo. Una vez todos los alumnos por separado tengan su parte preparada, deberán hacer una puesta en común en su grupo para el aprendizaje del resto de miembros del grupo.
Para obtener una mayor efectividad, existe una variante que permite que todos los alumnos con la misma parte a exponer (los "expertos" juntamente con el docente), compartan antes sus conocimientos para poder preparar mejor su exposición al grupo.
También se puede incorporar una exposición final de grupo, de esta manera, el resto del grupo-clase podrá visualizar (y aprender) diferentes maneras de exponer el mismo temario. La exposición nos permitirá no sólo que el docente vea el resultado final y poder evaluarlo, si no que puede brindar la oportunidad para que sean los propios compañeros que evalúen el trabajo del grupo.
El método Jigsaw puede aplicarse en todas las asignaturas, en diversos niveles educativos y con una gran flexibilidad de temario, puesto que puede tratarse una unidad didáctica entera como parte de ella. Al tratarse de una técnica colaborativa para la resolución de un problema que se divide por partes, cada estudiante es una pieza esencial en el rompecabezas. El hecho de convertirlo en parte del aprendizaje de sus compañeros, provoca una mayor implicación en el alumnado y constituye así una estrategia eficaz de aprendizaje.
Objetivos didácticos del método:
Con la aplicación del método, se pretende conseguir lo siguiente:
Desarrollar la iniciativa personal, la creatividad y la toma de decisiones.
Analizar la información encontrada acerca de un tema y aprender a sintetizar la que es verdaderamente útil y la que no.
Potenciar el trabajo colaborativo
Conocer una forma no habitual de aprendizaje: investigación, descubrimiento, deducción, etc.
Justificación curricular del método:
Aplicando Jigsaw, potencia ciertas competencias básicas, trabajando especialmente las siguientes:
Aprender a aprender: supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades, sea con ayuda de otras personas o recursos.
Comunicación lingüística: Implica la utilización del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación, interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y comunicación del conocimiento y de organización y autorregulación del pensamiento, las emociones y la conducta.
Competencia social: Con ella, el alumno adquiere la capacidad de mantener buenas relaciones con otras personas. Esto implica dominar las habilidades sociales básicas, capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes prosociales, asertividad, etc.
Tratamiento de la información y competencia digital: Disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información y para transformar un conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse.
Propuesta de evaluación
Una propuesta de evaluación del trabajo realizado por el alumno, puede realizarse teniendo en cuenta la evolución del trabajo colaborativo realizado en clase, así como la presentación final del alumno.
Si decidimos evaluar las vertientes expuestas en este artículo, tenemos que tener en cuenta también lo siguiente:
Trabajo en el grupo de expertos: Se evaluará el trabajo aportado a la reunión de expertos antes de la puesta en común en su grupo.
Exposición del grupo: Se evaluará la exposición teniendo en cuenta la originalidad, la presentación, claridad y la calidad de los conocimientos que el grupo transmite al resto de la clase.
Inevitablemente, también podemos optar por realizar evaluaciones tradicionales como lo son las pruebas escritas.
Muchos son los docentes que en la actualidad han puesto en marcha en sus clases el método de aprendizaje cooperativo Jigsaw. Sin duda, este filosofía de trabajo conlleva por parte de los docentes una reinvención de la concepción clásica y tradicional que se tiene de enseñar. Ambas concepciones de la docencia pueden y deben ser compatibles. Aquí presento otra manera de enseñar: Otra forma en la que los alumnos son parte activa del proceso de aprendizaje y donde la responsabilidad del contenido recae directamente no sobre el docente, sino que es compartida con el alumno y el grupo.
De la teoría a la práctica:
La actividad trataba de aprender las operaciones combinadas para alumnos de la ESO.
El primer paso, consiste en la presentación de la técnica a utilizar, comentar los objetivos que se quieren conseguir y de asignar los grupos heterogéneos que trabajarán conjuntamente para esta unidad didáctica. Al trabajar de manera cooperativa, es importante establecer los roles dentro del grupo (coordinador, secretario, portavoz,...) que se deben tener trabajados anteriormente.
La buena práctica educativa empieza con una actividad manipulativa en cada grupo experto (material plastificado: números, signos de suma y resta, paréntesis e iguales) y el profesor facilita unos ejercicios-ejemplo que deberán ir utilizando para trabajando el ejercicio. Las partes a trabajar son las diferentes propiedades que tienen las operaciones combinadas a diferentes niveles haciendo especial hincapié en la jerarquía de las operaciones (primero cálculo de los paréntesis, después multiplicación y división, acto seguido sumas y restas y finalmente respetar el orden de izquierda a derecha). Su resolución pasa por el visualizarlo primero mediante el movimiento/transformación de los números como se tratasen de cartas dinámicas y poder plasmarlo en el papel a posteriori.
La siguiente parte consiste en preparar una presentación al grupo clase de los ejercicios que ellos mismos han resuelto. Cada grupo de expertos debe explicar la parte de la teoría que han aplicado para resolver el ejercicio y explicar el método correcto para la resolución del ejercicio. Una parte también importante es trabajar especialmente la competencia social y la comunicación lingüística, cómo se participa y se debate y cómo se sintetiza la información para obtener un resultado a exponer.
Finalmente, se realiza la presentación en un orden establecido de todos los grupos de expertos y se reparte a todos los alumnos una rúbrica (realizada por el profesor) donde podrán evaluar las exposiciones de sus compañeros. De esta manera se pretende, no sólo diferentes recursos a la hora de presentar, si no también aprender a evaluar un trabajo muy parecido al tuyo y realizando autocrítica de su propio trabajo.
Una buena práctica educativa siempre debería finalizar con una valoración por parte del alumnado: qué les ha gustado, qué se podría mejorar, cómo te has sentido en tu grupo, lo has visto realmente útil,... No olvidemos que el objetivo de este tipo de prácticas es que el alumnado aprenda, por lo tanto, hay que estar permanentemente evaluando las herramientas que disponemos para poder saber si han sido efectivas o no.
Fuente: Rededuca. Pedro Ramirez Cobo. https://redsocial.rededuca.net/el-metodo-jigsaw
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